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Jason Isbell y la Unidad 400

Acerca de este artista

Un disco de Jason Isbell siempre cae como un anillo decodificador en los oídos y los corazones de su público, una banda sonora de su mundo y, mágicamente, también del suyo. Weathervanes tiene el mismo poder revelador. Se trata de un narrador en la cima de su oficio, observando a sus compañeros de andanzas, mirando en su interior y tratando de comprender, reduciendo un universo a cuatro minutos. Reduce la vida lo suficiente como para nombrar el miedo y luego despojarse de él, ayudando a sus oyentes a entender cómo dos más dos dejan de ser cuatro cuando se llega a cierta edad y se tienen ciertas cicatrices.

"En este disco hay algo sobre los límites", dice Isbell. "A medida que maduras, sigues intentando mantener la capacidad de amar a alguien plena y completamente mientras te conviertes en adulto y aprendes a amarte a ti mismo".

Veletas es una colección de canciones adultas: Canciones sobre el amor adulto, sobre el cambio, sobre el peligro de la nostalgia y la interrogación de los mitos, sobre la crueldad y el arrepentimiento y la redención. Canciones de vida y muerte interpretadas por y para personas adultas. Algunas te harán llorar solo en tu coche y otras te harán cantar junto a miles de desconocidos en un gran pabellón de verano, unidos en el gran milagro de estar vivos. El disco cuenta con el trueno rodante de la temible 400 Unit de Isbell, que se ha ganado un lugar en el cosmos del rock 'n' roll junto a los más grandes conjuntos de acompañamiento, tan poderosos y esenciales para la narración como The E Street Band o los Wailers.

Hacen mucho ruido, como dice Isbell, y se siente muy cómodo dejando que sean el prisma principal a través del cual gran parte del mundo escucha su arte. Puede ser reservado, pero con ellos detrás se transforma, y hay una versión de sí mismo que sólo puede existir en su presencia. Cuando actúa en solitario, se encarga de los enEre complicados malabares. En el escenario con la 400 Unit, puede ser un héroe de la guitarra cuando quiere, y un director de orquesta cuando quiere, y un sonriente admirador de la majestuosidad de sus compañeros de banda cuando quiere quedarse atrás y escuchar el sonido.

Las raíces de este disco se remontan al aislamiento de la pandemia y al reciente paso de Isbell por el plató como actor en Killers of the Flower Moon, de MarEn Scorsese. Había guitarras en su caravana y en su casa alquilada, y mucho tiempo para sentarse y pensar. Allí escribió el melancólico y alentador tema "King of Oklahoma". Isbell también vio trabajar al gran director, vio la relación entre una visión clara y su ejecución y, quizá lo más importante, vio cómo incluso alguien tan condecorado como Scorsese buscaba y utilizaba las opiniones de sus colaboradores.

"Definitivamente me ayudó cuando entré en el estudio", dice Isbell. "Tenía un sentido renovado de la colaboración. Puedes tener una idea y ejecutarla sin comprometerte, y seguir escuchando a los demás".