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Sobre esta pieza

Notas deprograma del compositor Gonzalo Grau

Siempre me han fascinado las raíces folclóricas. En cualquier cultura y a lo largo de los siglos, los compositores de todas las épocas se han visto influidos por su propio folclore. Desde suites barrocas hasta obras enteras de compositores románticos y modernos, la conexión con los sonidos tradicionales ha sido siempre una de las mayores fuentes de inspiración. Esta "Odisea" para cuatro venezolano y orquesta es una conexión directa con mis raíces y sonidos venezolanos.

Se trata de unconcierto de un solo movimiento que retrata un viaje imaginario desde las costas orientales de Venezuela hasta las tradiciones centro-occidentales. Personalmente, imaginé a nuestro solista "Jorge Glem" abandonando su ciudad natal de Cumaná para encontrarse con nuestro director de orquesta "Gustavo Dudamel " en su ciudad natal de Barquisimeto. A lo largo de todo elconcierto de , se oye el "tambor de golpe" a lo lejos, cada vez más cerca a medida que avanza la odisea.  

Por supuesto, todo viaje necesita "paradas". En Venezuela tenemos las famosas "encrucijadas", donde los sonidos de la calle, los vendedores, las arepas y quizás un poco de caos e incertidumbre se convierten también en parte de nuestra aventura. En este viaje se siente la nostalgia del que se va, las emociones de "la novedad", el calor de la llegada, la acogida y la celebración, y la fusión y el abrazo de nuevas tradiciones. Los sonidos de la malagueña, la jota y el polo de oriente, el encuentro con las raíces africanas de las costas de Barlovento, y la rareza y singularidad del merengue de Caracas (inspirado en el Bolero de Ravel) viajan a la riqueza del Golpe Larense.

En toda la cultura latinoamericana, es común viajar distancias cortas y encontrar tradiciones completamente diferentes. Crecí preguntándome qué hace que "el cuatro" sea el "instrumento musical nacional" de Venezuela, y mientras componía esteconcierto de , también obtuve la respuesta a esta pregunta. Nuestro cuatro viaja de costa a costa, de tradición a tradición; cambia de acento, se mezcla y acompaña cada canción. Nos representa con orgullo de costa a costa.

Por último, pero no por ello menos importante, cuando terminé de escribirlo, sentí que quería dedicarlo a "mi casa". En Venezuela, le ponemos "nombres" a nuestras casas. La mía se llama "Pepelito", que también era el apodo de mi madre cuando era pequeña. A mi casa, al lugar que me vio crecer y a mi querida mamá "Pepelito"... Odisea.