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Sobre esta pieza

La reputación internacional de Villa-Lobos como uno de los artistas brasileños más influyentes de todos los tiempos se consolidó a finales de la década de 1940 y continuó fortaleciéndose a lo largo de los años 50 hasta su muerte. Su papel como embajador de la cultura brasileña y latinoamericana fue reconocido por los críticos y compositores tanto en Europa como en Estados Unidos, una percepción que se consolidó aún más por la serie de premios internacionales, títulos honoríficos y homenajes que comenzaron a acumularse. De hecho, ningún otro compositor brasileño ha alcanzado un grado comparable de reconocimiento universal.

Las Bachianas Brasileirasnº 4 pertenecen a un grupo de nueve obras para diversos medios instrumentales y vocales, escritas entre 1930 y 1945 con el propósito de fusionar las técnicas compositivas de Johann Sebastian Bach con elementos derivados de las tradiciones musicales de Brasil. Junto con los Coros, las Bachianas Brasileiras son sin duda las obras más significativas y conocidas de Villa-Lobos, y en conjunto fueron cruciales para el establecimiento de su reputación internacional, siendo las Bachianas Brasileiras nº 5, para soprano y ocho violonchelos, la obra más popular a nivel internacional de cualquier compositor latinoamericano.

La fascinación de Villa-Lobos por la música de Bach, a quien consideraba la fuente de todo el material popular de todas las culturas, se remonta a su infancia. Su tía Zizinha le tocaba a menudo El clave bien temperado, y más adelante en su carrera Villa-Lobos llegó a transcribir algunas de las piezas para diversos medios. Una de las técnicas más utilizadas por Villa-Lobos a lo largo de la serie de Bachianas se basa en las progresiones en círculo de quintas, en las que la séptima de un acorde se resuelve en la tercera del siguiente, y así sucesivamente, creando una serie de enlaces que mantienen unida la estructura de la obra, una técnica identificada como un procedimiento de composición habitual no sólo en las obras de Bach, sino también en las de otros compositores barrocos como Vivaldi y Rameau. Su papel en la creación de la coherencia armónica es paralelo al de la secuencia en la consecución de la unidad melódica, otra característica de la música barroca que emplea Villa-Lobos. Los procedimientos imitativos, también una técnica distintiva del Barroco, se encuentran también en varios géneros brasileños, una circunstancia que sin duda ofreció a Villa-Lobos una mayor flexibilidad a la hora de unir los dos lenguajes musicales. Otros rasgos comunes son el uso de figuras de ostinato, los tonos de pedal y el moto perpetuo.

Bachianas Brasileiras nº 4, compuesta entre 1930 y 1941, incluye cuatro piezas: "Preludio" (1941), "Coral: Canto a Sertao" (1941), "Aria: Cantiga" (1935) y "Dansa: Miudinho" (1930). La obra fue escrita originalmente para piano solo, pero el propio Villa-Lobos preparó una versión orquestal en 1941. El "Preludio" es la más abstracta de las cuatro piezas, y su carácter sobrio y meditativo recuerda la majestuosidad sostenida de la zarabanda barroca.

De un ensayo de James Melo, cortesía del autor y de Naxos Music Group