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Sobre esta pieza

Durante la Primera Guerra Mundial, la España neutral recibió una vigorizante afluencia de artistas extranjeros que buscaban mercados alternativos a los de las rutas habituales París-Berlín-Viena. Destaca entre ellos el impresa rio Serge Diaghilev y sus Ballets Rusos, que se convirtieron en los favoritos particulares del rey Alfonso XIII. Diaghilev y Falla hablaron de varios proyectos potenciales y se conformaron con una adaptación del escritor del siglo XIX

La novela cómica de Pedro Antonio de Alarcón El sombrero de tres picos . Falla lo puso en escena primero con la pantomima El corregidor y la molinera, sobre un escenario en dos escenas escritas por sus habituales colaboradores, el equipo de marido y mujer de Gregorio Martínez Sierra y María Lejárraga.

La novela de Alarcón contiene una confusa cantidad de incidentes, pero la línea narrativa central sigue a los tradicionales personajes de un molinero celoso, su bella y joven esposa y un lascivo corregidor (el magistrado local, cuya posición está simbolizada por su sombrero de tres puntas). El torpe pero persistente corregidor es frustrado a cada paso, arrestado erróneamente por sus propios agentes, y sufre la justicia campesina de ser arrojado con una manta en un final de júbilo general.

Para Diaghilev, Falla aumentó el tamaño de la orquesta y eliminó algunos detalles de la segunda parte, a la vez que agregó un solo específico para Leonid Mass- ine, quien coreografió el nuevo ballet y bailó la parte del molinero. Pablo Picasso diseñó los decorados y los trajes y, a petición suya, Falla escribió una introducción y una canción en solitario que se interpretaría antes de que subiera el telón de Picasso. El ballet se estrenó con gran éxito en Londres en 1919 (como Le tricorne), estableciendo la reputación internacional de Falla.

Las Tres Danzas son de la segunda parte del ballet, abriendo con los vecinos del molinero reunidos para celebrar la Fiesta de San Juan y bailando seguidillas basadas en temas tradicionales, incluyendo una también popularizada en el zarzú de Jerónimo Giménez- ela La boda de Luis Alonso. El molinero tiene entonces su solo, una far- ruca flamenca oscura y fogosa, el baile más terrenal del ballet. Todos los temas del ballet se combinan en la jota final, el clímax caótico y la resolución jubilosa en uno.

- Juan Henken