Saltar al contenido de la página

De un vistazo

Escuche el audio:

Compuesto: 1901

Duración: c. 33 minutos

Orquestación: 2 flautas, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagotes, 4 trompas, 2 trompetas, 3 trombones, tuba, timbales, percusión (bombo y platillos), cuerda y solo. piano

Primera actuación de la Filarmónica de Los Ángeles: 8 de diciembre de 1927, Georg Schnéevoigt dirigiendo, con Benno Moiseiwitsch, solista.

Sobre esta pieza

El adolescente Sergei Prokofiev, que ya era un exigente pianista y crítico, describió el Segundo Concierto Piano de Rachmaninoff como "un concierto muy bello y famoso... comienza con acordes y luego un amplio tema do-re-do". El Concierto se abre de forma dramática, con una serie de ricos acordes solistas de piano que doblan como campanas durante ocho compases en Fa mayor, antes de que la orquesta entre con el agitado tema principal "do-re-do " (Do-D-C) en Do menor. Otro pianista ruso, Nikolai Medtner, calificó este motivo dinámico y sollozante como "uno de los temas más sorprendentemente rusos". No hay aquí ningún adorno etnográfico, ningún disfraz, ninguna vestimenta nacional, ninguna entonación folclórica, y sin embargo cada vez, desde el primer golpe de campana, se siente la figura de Rusia elevándose a toda su altura".

Curiosamente, Rachmaninoff no terminó el primer movimiento del Concierto hasta después de los dos restantes. De hecho, los dos últimos movimientos fueron los primeros en escucharse públicamente, en un concierto en Moscú, en diciembre de 1900. Rachmaninoff terminó el primer movimiento en abril de 1901 y tocó la parte solista en el estreno del concierto el otoño siguiente. Su entusiasta acogida sacó al famoso compositor de la depresión en la que estaba sumido desde el desastroso estreno de su Primera Sinfonía en 1897 y consolidó su reputación en Rusia. También en el extranjero la obra tuvo un éxito inmediato. Rachmaninoff dedicó el Concierto al Dr. Nikolai Dahl, que le había ayudado a superar sus agobiantes sentimientos de inferioridad e inseguridad.

El alto nivel de inspiración evidente en los compases iniciales no decae en ningún momento. Un segundo tema, más lírico, aporta contraste, junto con un motivo de marcha de siete notas desarrollado de forma dramática en una sección Maestoso culminante, en la que la piano atruena acordes rítmicos sobre el tema principal de la orquesta. La notable ausencia de una cadencia para el solista crea una fuerte sensación de continuidad fluida e ininterrumpida. Los temas del primer movimiento reaparecen posteriormente en momentos estratégicos.

En el segundo movimiento, el estado de ánimo cambia, dominado por un tema lento y pastoral en mi mayor y compás de 4/4, pero con sorprendentes acentos disonantes en el acompañamiento. Un tema rápido, de marcha, abre el final, antes de que Rachmaninoff introduzca lo que se convirtió en una de sus melodías más populares en el oboe y las violas, un tema triste y en picado, de carácter lánguido y exóticamente coloreado. Pasado varias veces casi sin cambios entre el solista y la orquesta, cede el paso a una coda sin aliento que rompe el estado de ánimo soñador. En todo momento, solista y orquesta son compañeros armoniosos, nunca competidores, y el suministro de lirismo ligeramente melancólico (pero nunca lúgubre) parece interminable.

Con el paso de los años, el Concierto entró en el ámbito de la cultura popular. Buddy Kaye y Ted Mossman adaptaron el segundo tema del último movimiento a la canción "Full Moon and Empty Arms", grabada por el joven Frank Sinatra. Numerosas partituras de películas -GranHotel, Breve encuentro, La comezón del séptimo año- tambiénincluyen su música. -Harlow Robinson