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Sobre esta pieza

La Obertura a la ópera Le nozze di Figaro, la primera de las tres colaboraciones de Mozart con el libretista Lorenzo Da Ponte (las otras dos son Don Giovanni y Così fan tutte), comienza con un ajetreado murmullo y zumbido que se convierte rápidamente en un pequeño tema de respiración corta que puede pasar desapercibido para el oyente menos que alerta. Luego, ¡bang! viene un tutti con trompetas y tambores, la música impulsada posteriormente por violines, flautas y oboes en una sucesión de figuraciones muy animadas, todo ello realizado en cuatro minutos.

La obra es autocontenida, es decir, no cita temas de la ópera propiamente dicha ni su final se desvanece en los compases de apertura de la ópera, ambos también característicos de las oberturas de Mozart a El secuestro del Seraglio, Così fan tutte, y La flauta mágica. La Obertura de Fígaro, sin embargo, nos da un delicioso anticipo del estado de ánimo de su ópera: rápido, ingenioso y a menudo acerbo en su humor. La obertura, cabe señalar, originalmente contenía una sección media lenta con un solo de oboe melancólico. Pero que el contraste sea condenado, Mozart decidió sabiamente, y mantuvo el estado de ánimo maniático y alegre en todo momento. Figaro fue presentado por primera vez en el escenario del Burgtheater de Viena en mayo de 1786. El compositor dirigido desde el teclado.

- Herbert Glass